Cuando vuelvas de la guerra,
con heridas de vientre y no más vida
dejare la custodia de las horas
y el reino de toda nuestra materia
para darte un abrazo en el cosmos.
Cuando vuelvas a la paz de tus dominios,
exhalare un siglo de seca ausencia
y me daré por vencido.
Recostado en la calma
de que ya estas de vuelta.
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