En las altas cimas de la locura habita la mas de las corduras, como la boca de un volcán que vomita poesía al tiempo que se deshace en el mas feroz de los suicidios.
Allí posa su casa el viejo Valentin, algunas temporadas se recoge a donde no quieren llegar ciertos fantasmas. Desde lo alto se burla de sus burlones, los sienta en el suelo, los pone a aplaudir haciéndolos creerse espectadores... y les cuelga los hilos y mueve las manijas... vosotros sois mis marionetas.
domingo, 29 de agosto de 2010
Marcando Territorio...
Al cuervo del tejado le gusta colarse a robar tus galletas y a veces entiendes su alma huerfana aunque el palo en tu mano diga lo contrario.
Persigues su cabeza sentenciosa y rogándole astucia.
Escapa bestia, aquí marcamos territorio.
Pasarela...
La pasarela era arriba.
No hubo mas que un sueño
en mi cuello torcido.
Mirando al norte de tu desnudez,
como un premio al trabajo de ese día,
fuerza para mas.
Mis manos se extendieron
los cincuenta metros
que te apartaban desde el suelo
y mientras posabas,
descarada
y disfrazada de Persiana de Miami,
sabia que eras tu.
Así quisiste que fuera,
así quedo para siempre.
Yo fingiendo ver al cielo
y era mas abajo...
Tercer piso del albergue de las Divas.
Desde el campo deportivo
hasta tu ventana
habría que recorrer
todas estas millas de hoy.
Asumir las distancia
cuando es imposible
un toque de dedos.
Muchas veces después
habré volteado la cabeza.
Al viejo espejo de los años
hoy me asomo
muy de cerca
y miro a ver adentro
un tatuaje de tu silueta
impreso en mis retinas.
No hubo mas que un sueño
en mi cuello torcido.
Mirando al norte de tu desnudez,
como un premio al trabajo de ese día,
fuerza para mas.
Mis manos se extendieron
los cincuenta metros
que te apartaban desde el suelo
y mientras posabas,
descarada
y disfrazada de Persiana de Miami,
sabia que eras tu.
Así quisiste que fuera,
así quedo para siempre.
Yo fingiendo ver al cielo
y era mas abajo...
Tercer piso del albergue de las Divas.
Desde el campo deportivo
hasta tu ventana
habría que recorrer
todas estas millas de hoy.
Asumir las distancia
cuando es imposible
un toque de dedos.
Muchas veces después
habré volteado la cabeza.
Al viejo espejo de los años
hoy me asomo
muy de cerca
y miro a ver adentro
un tatuaje de tu silueta
impreso en mis retinas.
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